domingo, 2 de enero de 2011

Delirando entre el 10 y el 11


Después de días sin escribir, este momento me puse a analizar la situación del año que acabó y el año que apenas inicia.

Quede claro que nunca puse la palabra "pensar" ya que creo que el lector hubiera reclamado por ello por no conocer mis capacidades mentales, las cuales he dado días libres desde hace poco más de 3 semanas.

A horas que no son apropiadas para estar bajo las cobijas de mi cama y acompañada de una de mis películas favoritas, resumo mi 2010 en dos palabras: dolor y placer.

Ambas palabras, a una misma persona podrían causar gozo, sin embargo para mí implicaron sensaciones totalmente distintas, generadas por situaciones totalmente opuestas.

La primera fue la que provocó sufrimiento intenso y lágrimas poco frecuentes pero muy sentidas, sin embargo creo que los no agradables momentos que generaron estos sentimientos, dejaron en mí enseñanzas que no podré olvidar. Para bien y también para mal, lamentablemente...

La segunda acompañó momentos llenos de gozo y diversión los cuales atesoro en mi corazón para siempre y serán mi única riqueza cuando mis días lleguen a su fin.

Sinceramente manifiesto que no se porqué razón, éste año ha sido uno de mis favoritos en mi vida, no se si será la edad que hace que analice las situaciones de una forma más profunda o si será porque valoro más cada instante y tomo su jugo de manera más delicada.

Doy gracias a las circunstancias que me pusieron en los lugares indicados junto a las personas correctas. Así como también doy gracias por los momentos que he de arrepentirme por siempre, momentos que ojalá nunca hubieran sucedido y que de los cuales no hubo más culpable que yo misma, sin embargo no puedo hacer nada para cambiar.

Me siento tan agradecida con la vida... Por permitirme apreciar momentos tan simples como respirar o comer una galleta, por sentir la arena en la playa debajo de mis pies o por regalar un abrazo... Soy tan dichosa y me siento tan bien!!

Creo que si pudiera personificar al 2010 y al 2011, los invitaría a ambos a tomar unas cervezas y tras una larga charla con ambos, terminaría la conversación diciendo al 2011 "aprende del 2010 y por favor ayúdame a quererte tanto como lo quise a él".

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